viernes, 9 de marzo de 2012



MI CALLE


En mi calle, cada día, un niño jugaba en el Santiago Bernabeu, en el Camp Nou.
La comparacion puede resultar ridícula, en un principio, pero yo pretendo demostrar el
por qué de esta afirmacion.
No me cabe la menor duda de que un niño de mi calle solo necesita
una pelota de plástico, cuatro piedras, muchos amigos y una calle llena de polvo. Los regates,
controles y golazos son el vivir diario en muchas aceras de mi barrio.
Recuerdo que, de pequeño, salía a jugar a la calle frente a mi casa. Regateaba como Cruyff o
Pelé y anotaba como Puskas. Al marcar un gol, corría y festejaba como el fenómeno Di Stefano.

Siendo niño, ése era mi todo. Correr como loco tras una pelota e imitar a los grandes héroes de
mi infancia era mi vivir diario. Y, por unas horas, esa calle se convertía en el Santiago bernabeu.
Hice goles de todas las formas posibles. Me raspé haciendo ¨chilenas" y también me mojé en el
charco cuando intentaba regatear.
Metí gol de oro, de plata y todos los otros que invente con
Jugué de noche, de día, con lluvia y también con un sol de esos
que queman más que la propia derrota.
Mis vecinos sólo como excusa para no irnos a los penaltis. No necesite botines de dinero o
camisetas que retuvieran el sudor. Soñaba con tiros libres en los que paralizara al mundo entero
con sólo tomar el aliento para tirar a puerta.
Mi madre me decía que el fútbol,en especial,era sólo
un juego. A los 9 años, el fútbol era mi estudio.
Yo jugué en un equipo que se llama el San Lorenzo, era productor de talentos y sueños, pero
lastimosamente, el mercado de deportistas no suele premiar a todos.Necesitamos recorrer mucho
camino para posicionar al San Lorenzo como un club competitivo.
De eso no hay duda.Pero, muchas veces, solemos olvidar lo que en realidad importa:La pasión.
El sueño de muchos niños es jugar al fútbol, no percibir un salario por éste. Sudemos la camiseta,
no la billetera. Mi carrera futbolística como niño me enseñó las mayores lecciones de la vida:
lealtad, honor, coraje, entrega y amistad fueron sólo algunas de las experiencias que viví en
aquella CALLE donde, para mí, todas las tardes era el Santiago Bernabeu.
Muy buenas noches y saludosssscordiales. J.M.GARCÍA.


6 comentarios:

pedrerol dijo...

Sr García se está volviendo un nostálgico, empieza a recordar el pasado con un cariño y ternura infinita.

mouriño dijo...

yo también jugué en una calle como ésa que usted describe perfectamente. todo era mágico

el presidente de la Ponferradina dijo...

ahora sr garcía suda la billetera y la camiseta la tiene en el armario.
se le nota muy merengue.

maldini dijo...

gran artículo garcía¡¡¡¡
por un momento he vuelto a la calle a jugar una final con la gente de mi barrio

tito vilanova dijo...

garcía me ha gustado su calle, yo era ese chico que le ganó una de esas finales entre barca y madrid...usted tan merengue como siempre

turienzo álvarez dijo...

no se acuerda de mì, garcìa yo le expulse en esa calle por insultarme. de mayor quería ser árbitro